Nota
escrita por Rafael Ayala Páez…
Regeneración, de Gusmar Sosa,
es una novela que sorprende por su narración ágil y precisa. En ella el lector hallará temas inexplicables,
conspirativos, sobrenaturales, pero sobre todo temas profundamente humanos. Y
es esta característica, junto con su personalísima voz, uno de los aspectos más
importantes en las novelas de Sosa. En el primer capítulo titulado
acertadamente “Confusión” un hombre llega
a una casa abandonada después de escapar ileso de una gran explosión debido a
una misteriosa capacidad de su cuerpo para regenerarse de cualquier daño, pero
como tantas otras veces él no recuerda nada de lo ocurrido y lo más
sobrecogedor y angustiante es “la
opresión de saberse perdido, desorientado, confundido”. En el tercer
capítulo descubrimos que se trata de Roberto Infante, un empleado de
El Complejo Refinador de Amuay, una planta de refinación de petróleo ubicada
en el estado Falcón. Roberto es el personaje
más complejo y mejor delineado de la novela. No sólo por su habilidad
sobrehumana, sino por su psicología, siempre preguntándose quién es y su
creciente sentimiento de culpa por la muerte de sus padres. Otros personajes principales
en esta historia son Francisco y Miriam Salazar. Francisco es un bombero
novato, quien cree que el país está bajo la amenaza de una cúpula que supervisa
y controla el destino de las naciones y que puede estar detrás de la repentina explosión
de la planta de Amuay. También tiene un extraño poder de premonición que le
lleva a intuir “que de alguna manera ese
día entenderá muchas cosas”. Miriam Salazar es una sobreviviente de la
explosión atrapada junto a siete personas más, en una garita, entre ellos un
ateo y un creyente cristiano ortodoxo -con perspectivas diametralmente
opuestas- que se debaten entre la duda y el temor, la cobardía y la idea de comenzar una nueva vida
sin tantas prohibiciones. Ella posee un poder similar al de Francisco, pero más
avanzado que le permite no solamente “sentir
las emociones de los otros, sino escucharlas, detectarlas como pensamientos”.
Una extraña empatía que la lleva a comunicarse extrasensorialmente con él,
quien también siente su presencia, aunque ella este al otro lado de la planta.
En la novela aparecen otros personajes clave en la trama como el sargento
Thomas Zambrano, El Vicepresidente y El Presidente, que pondrá en marcha un
plan secreto llamado "Fase II".
Por otra parte, yo no inscribiría a la novela de
Sosa dentro del género de ciencia
ficción, sino dentro de la novela fantástica. Aunque el autor sostiene que es
una obra de ciencia ficción, su historia va más allá de la presentación de posibles eventos que se desarrollan en un
entorno puramente imaginario, para combinar aspectos reales (cotidianos) –la
explosión de la planta de Amuay- con los aspectos no realistas (extraordinarios)
–el poder sobrenatural de Roberto, Francisco y Miriam. Sosa coloca a sus
personajes en un marco real donde cosas increíbles les suceden, pero tal es su
habilidad como narrador y su pericia como constructor de buenas estructuras
novelísticas que nos da la sensación que lo relatado en la novela es cierto. El
lector no se preguntará si lo que él lee es real o no, puesto que su atención
estará volcada a desentrañar el argumento enigmático de la novela. Y este es un
acierto que se agradece. Citando a Jorge Luis Borges “son infrecuentes y aún rarísimas las obras de imaginación
razonada”. Y Regeneración es
una novela de imaginación razonada que
traslada a nuestras tierras un género
nuevo. Lo fantástico y lo psicológico se
mezclan con destreza en esta novela al igual que en “La invención de Morel”, de Adolfo Bioy Casares.
La palabra solidaridad definiría muy bien a Regeneración. En la novela Francisco y
Miriam se muestran solidarios con sus semejantes. Él está dispuesto a ayudar a
los supervivientes que todavía están atrapados en la garita, aun a sabiendas de
que es casi imposible de salvarlos. Ella con sus palabras y con su don “de proyectar sus emociones a otros y así
infundir paz en momentos de agonía”, logra calmar a sus siete compañeros y
darles esperanza de que serán capaces de salir de la terrible situación en que
se encuentran. Sin embargo, la situación real de ellos no es nada alentadora.
El sargento Thomas Zambrano y el vicepresidente deciden no realizar un rescate
de los sobrevivientes para no poner en peligro las vidas de más bomberos ya que
una segunda explosión en la planta se ha cobrado la vida de varios bomberos. Pero
el presidente tiene un plan.
Roberto, que a lo largo de la novela ha luchado
contra sí mismo y la culpa, sin éxito, ha tomado una decisión que cambiará el
destino de los ocho sobrevivientes, valiéndose de su extraordinaria capacidad
regenerativa de su cuerpo, decide traspasar el muro de escombros en llamas y
comenzar a mover tuberías y pedazos de concreto para llegar al interior de la
garita donde están los sobrevivientes, entre ellos Miriam.
Hay un presentimiento que recorre la cabeza de
Francisco, mientras observa a Roberto intentando salvar a sus compañeros y cómo
el “fuego devoraba su piel al instante y
él continuaba sin detenerse, y su piel se restauraba con la misma velocidad que
es consumía por el fuego”, y este presentimiento
es si este hombre que aparece de repente delante de él con sus poderes
sobrenaturales se trata del misterioso plan del Presidente denominado “Fase II”.
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