Reseña
escrita por Luis Eduardo Ayala Páez.
Escribir
es una tarea ardua, compleja y llena de riesgos. Asumir el tiempo y el espacio
para desarrollar un entramado mágico, envolvente, en donde brote la vida, es
una labor muchas veces complicada. Por ello, lograr la atención del lector es
un don sólo para elegidos, porque sólo ellos saben capturar la mirada curiosa
de los lectores, motivo por el cual hace que este gozo sea para muchos
inalcanzable.
Las
novelas generadas en nuestro país en los años 70 marcaron el rumbo de la
novelística actual de nuestras letras, afianzaron el panorama, propusieron sus
formas y técnicas, lamentablemente llegando a su ocaso en los años 90. Desde
allí la novela venezolana ha menguado, mermando en calidad y producción.
Desde
ese tiempo son pocos los nombres que sobresalen. Sólo nos podemos quedar con
los latidos de un José Balza, resonando con su novela “Percusión”, como lo
mejor escrito en esa década. El paisaje actual de la novela escrita en nuestro
país es desconcertante.
Sin
embargo, como un torrente de vigor y rigor narrativo, sale a la luz la
producción novelística de un joven escritor venezolano, Gusmar Sosa.
En
su propuesta narrativa la realidad es trastocada, planteando miradas múltiples,
llenas de un toque maravilloso, a veces mezclando la luz y la oscuridad,
dualidad presente siempre en los acontecimientos diarios.
En
esta narrativa se entrecruza la realidad con la inventiva creadora del poder de
fabular de Gusmar, produciendo un relato fantástico e insólito, igualmente,
verídico.
Yo
llamaría al andamio filosófico, narrativo y poético que conforman a ésta, su
más reciente novela, “Regeneración”, como una novela de realidad emulada,
realidad extraída de un hecho sonoro, que
pasa a ser redimensionado, cubierto y protegido por un halo fantástico.
Roberto,
el personaje principal de la novela, es una figura inquietante y enigmática por
su don de regenerarse a sí mismo, que lo hace inmune al fuego que se desarrolla
en la factoría donde se desenvuelve parte de la historia. Es un personaje
humano, que tiene los mismos miedos y culpas que todos sentimos de vez en
cuando, que dejándolos a un lado, asume el acto heroico de adentrarse en las
llamas y cambiar la situación. Roberto
es un héroe derrotado y de redimido a la vez.
En
“A puertas cerradas”, de Jean-Paul Sartre, un conjunto de personas son
sumergidas en un infierno doméstico, hecho que los incita a flagelarse entre
ellos, haciendo germinar las pugnas y
los tropiezos. Por el contrario, en la novela de Sosa, sucede lo
inverso, el infierno es real, las altas llamas cubren todo, llegan al techo
como tentáculos de fuego, propagando un humo denso color piedra, que los ahoga.
No obstante, aquí la esencia humana muestra ese don olvidado: la solidaridad,
que surge de la fragilidad.
Los
personajes de “Regeneración” se despojan de resentimientos y culpas,
propiciando entre ellos un sosiego que los ayuda a sobrevivir en el infierno.
En
estas contradicciones reales, en estos sobresaltos, “Regeneración” asume un
punto de flexión en el ámbito de la novela actual del país, porque se ocupa,
sin divertimentos, de un hecho real y lo vuelve la semilla de una gran
historia, que no se aleja de su otro aspecto más importante como lo es el hecho
de hacer una crítica pondera a muchas de esas contradicciones que desde la
realidad impregnan la historia de la novela. Recordando con ello, las teorías
estéticas de Georg Lukács, quien en sus ensayos demuestra y hace patente estas
dualidades.
Sosa
asume correctamente estas intrincadas y inasibles contracciones, volcándolas
con éxito en la trama, al nombrarlas y hacerlas parte de la novela permite
elaborar una crítica de las mismas desde la ficción, en esa realidad emulada,
llena de vida y elementos enigmáticos, fantásticos.
“Regeneración”
es una novela que se yergue como una propuesta literaria interesantísima, que
nos hace pensar en la recuperación de lo mejor de nuestra narrativa,
trayéndonos una historial original, es una novela que sale del inventiva de su
autor, de su prosa ingeniosa, alejada de superfluos y exabruptos, que atrapa y
atrae, que nos envuelve poco a poco con su potente historia.
Es
una novela que abre nuevos senderos en nuestras letras, que nos anima a confiar
en lo que se viene haciendo. “Regeneración”, no sólo es una excelente lectura,
es también una novela de un profundo contenido.
Acerquémonos a ella querido lector, adentrémonos en sus páginas, dejemos
que la prosa de Sosa nos sumerja en la fascinante historia de “Regeneración”.
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