El año 2012 me permitió conocer autores noveles que van
emergiendo en el ámbito literario de mi país, entre ellos Richard Sabogal,
autor de “La Muerte Disfruta su Propia Inseguridad” y Director de Negro Sobre
Blanco Editores, para quien escribí una reseña de su libro que rodó como nota
de prensa en algunos medios digitales, un autor que maneja con mucha habilidad
el género de novela Negra; entré en contacto también con Arnaldo Jiménez, autor
de “El Silencio del Mar y Otros Cuentos de Misterio”, colección de cuentos en
la que se incluye un prólogo escrito por mí, Arnaldo derrocha talento en sus
cuentos, presentándose como un maestro del misterio. También conocí a Francisco
Javier Ruíz, autor de “El Abrazo del Mar”, cuya obra incluye en la
contraportada una sinopsis escrita por mí, quien hace atractivo el negativismo
de sus personajes. Conocí también a Rafael Ayala Páez, Nesfran Antonio
González, entre otros autores venezolanos con personalidad literaria y una
resolución de marcar la contemporaneidad con sus estilos.
El 2013 me va regalando nuevos nombres para mi galería de
amistades, y entre ellos resalta Kass Finol. Una chica de gran talento, que
transmite un aura mágica y un carácter centrado. Apenas pude compartir unos
minutos con ella, pero suficiente para recibir de sus manos un ejemplar de su
más reciente obra impresa: “El Reino”, y debo alardear, pues me lo entregó
autografiado.
La portada del libro anuncia exactamente el ambiente que
uno encontrará en la narración, en ella se vislumbra un cementerio tenebroso,
oscuro, y la silueta de una criatura que a simple vista parece un demonio. Una
escritura sobre el título nos hace un anuncio: “Primer Libro de Hijos de la
Noche”. Así que lo primero que me pregunté al ver la portada fue: ¿qué rayos es
un Hijo de la Noche?
Pensé que saber la respuesta a esa pregunta sabotearía el
tono enigmático de la obra que presenta Kass Finol. Pero cuando en las páginas
53 y 54 supe con exactitud lo que es un Hijo de la Noche, mi interés no mermó,
contrario a eso se incrementó, quise saber más de ese mundo mítico y oscuro,
quise pasear junto a sus personajes por las veredas de la historia compleja e
inteligente que construyó la autora. Y es que Kass tiene el talento preciso
para mantener al lector despierto y alerta a medida que transcurre la historia.
Tal vez puedes pensar que el mundo fantástico de vampiros
está agotado, que ya no pueden escribirse sorprendentes escenas que den vida a
historias de hombres lobo, que ya un cuento de brujas y hechizos no puede
arrojar un elemento inesperado, que una historia de ángeles puede ser siempre
rosa y predecible. Puedes creer que conoces las leyes de esos mundos detrás de
la niebla que nos separa de la realidad; pero leer “El Reino”, es leer un
postulado burlando las leyes conocidas de cada uno de esos mundos y la apertura
a uno mucho más complejo, interesante y desafiante.
“El Reino” es una narración en primera persona, la
historia es planteada desde la óptica de una chica aparentemente normal, pero
heredera de los dones de su madre, perteneciente a una extraña raza de
criaturas que aseguran haber sido creadas por el mismo Señor al que la
humanidad le atribuye la creación, y que, además, sostienen estar entre los
humanos para cumplir un propósito. Su nombre es Carolina, y está próxima a
convertirse en la Reina de los Hijos de la Noche. Su destino está unido al Hijo
de la Noche Número Ciento Treinta y Cuatro, nombrado por ella: Brian, como una
de sus reformas “extrañas” a los ojos de los Hijos de la Noche. Brian es su
mentor, rol que le es encomendado por su padre, quien abusa de su astucia y
poder para asegurarse de que su hijo se una en matrimonio a Carolina, en una
escena emotiva él le confiesa: “…Los
Hijos de la Noche puros, no elegimos a nuestras parejas, inconscientemente nuestro
cuerpo, nuestro ser lo hace…” Ante tal confesión Carolina se muestra
complacida, pues desde la primera escena se siente atraída hacia Brian, sin
saber que tal atracción es un síntoma de su raza y de su conversión. Síntoma
que es menor frente a las vicisitudes que tendrá que enfrentar durante un año,
pese a la concupiscencia natural de cada uno de los elementos que la componen
como Hija de la Noche, como no exponerse a alguna maldición proferida por otro
mortal, no hacer juramentos accidentales que podrían terminar esclavizándola,
controlar su lujuria las noches de luna llena, entre otros.
Los Hijos de la Noche enfrentan a los Dampfen: demonios
consumidores de tristezas. Ellos son los que, en palabras de Brian, “se alimentan de los pensamientos, recuerdos,
del dolor de alguien, y están condenados a vivir en el cementerio”. En la
historia se establece un equilibrio, se reconoce la necesidad de la existencia
de los Dampfen, pero se revela que éstos deben ser destruidos una vez que
violan alguna de las dos reglas que deben respetar: no asesinar a ningún ser
humano y no salir del cementerio. Éstos demonios a veces abusan de su poder y
provocan suicidios y se aburren de la estadía en el cementerio y se mezclan en
el mundo de los mortales. Es allí cuando entran en acción Los Hijos de la
Noche.
Además de la estructura, definición y características de
la compleja existencia de los llamados Hijos de la Noche, hay otro elemento que
le da cierto toque enigmático a la obra, y es la herencia de Carolina. No sólo
sus dones, sino su historia, la trama en la que estuvo envuelta su madre.
Herencia histórica que la hace blanco de los Dampfen y la proyectan como la más
especial de las criaturas del clan.
Aunque la historia se centra en Carolina y Brian, titilan
en la trama personajes como Jess, la mejor amiga de Carolina. Aunque
secundario, y aparentemente adorno en la narración, no debes descuidar su
desempeño, pues al final de esta primera historia se sospecha que su humanidad
será determinante en el desenlace de la próxima entrega.
Los Hijos de la Noche no son personajes no creíbles. A
pesar del mundo en el que están inmersos, presentan una dualidad muy humana que
los ata a nuestra realidad, ellos son un reflejo creativo y particular de la
humanidad. Sujetos a pasiones, con interrogantes frente al aparente destino
escrito, presos de sus deseos y a la vez comprometidos con un deber.
Es una historia que no debes dejar de leer, es el
comienzo de una serie que seguro se incrustará en la historia del género
fantástico hecho en Venezuela.
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