lunes, 4 de febrero de 2013

RESEÑA DE "EL REINO".


El año 2012 me permitió conocer autores noveles que van emergiendo en el ámbito literario de mi país, entre ellos Richard Sabogal, autor de “La Muerte Disfruta su Propia Inseguridad” y Director de Negro Sobre Blanco Editores, para quien escribí una reseña de su libro que rodó como nota de prensa en algunos medios digitales, un autor que maneja con mucha habilidad el género de novela Negra; entré en contacto también con Arnaldo Jiménez, autor de “El Silencio del Mar y Otros Cuentos de Misterio”, colección de cuentos en la que se incluye un prólogo escrito por mí, Arnaldo derrocha talento en sus cuentos, presentándose como un maestro del misterio. También conocí a Francisco Javier Ruíz, autor de “El Abrazo del Mar”, cuya obra incluye en la contraportada una sinopsis escrita por mí, quien hace atractivo el negativismo de sus personajes. Conocí también a Rafael Ayala Páez, Nesfran Antonio González, entre otros autores venezolanos con personalidad literaria y una resolución de marcar la contemporaneidad con sus estilos.

El 2013 me va regalando nuevos nombres para mi galería de amistades, y entre ellos resalta Kass Finol. Una chica de gran talento, que transmite un aura mágica y un carácter centrado. Apenas pude compartir unos minutos con ella, pero suficiente para recibir de sus manos un ejemplar de su más reciente obra impresa: “El Reino”, y debo alardear, pues me lo entregó autografiado.

La portada del libro anuncia exactamente el ambiente que uno encontrará en la narración, en ella se vislumbra un cementerio tenebroso, oscuro, y la silueta de una criatura que a simple vista parece un demonio. Una escritura sobre el título nos hace un anuncio: “Primer Libro de Hijos de la Noche”. Así que lo primero que me pregunté al ver la portada fue: ¿qué rayos es un Hijo de la Noche?

Pensé que saber la respuesta a esa pregunta sabotearía el tono enigmático de la obra que presenta Kass Finol. Pero cuando en las páginas 53 y 54 supe con exactitud lo que es un Hijo de la Noche, mi interés no mermó, contrario a eso se incrementó, quise saber más de ese mundo mítico y oscuro, quise pasear junto a sus personajes por las veredas de la historia compleja e inteligente que construyó la autora. Y es que Kass tiene el talento preciso para mantener al lector despierto y alerta a medida que transcurre la historia.

Tal vez puedes pensar que el mundo fantástico de vampiros está agotado, que ya no pueden escribirse sorprendentes escenas que den vida a historias de hombres lobo, que ya un cuento de brujas y hechizos no puede arrojar un elemento inesperado, que una historia de ángeles puede ser siempre rosa y predecible. Puedes creer que conoces las leyes de esos mundos detrás de la niebla que nos separa de la realidad; pero leer “El Reino”, es leer un postulado burlando las leyes conocidas de cada uno de esos mundos y la apertura a uno mucho más complejo, interesante y desafiante.

“El Reino” es una narración en primera persona, la historia es planteada desde la óptica de una chica aparentemente normal, pero heredera de los dones de su madre, perteneciente a una extraña raza de criaturas que aseguran haber sido creadas por el mismo Señor al que la humanidad le atribuye la creación, y que, además, sostienen estar entre los humanos para cumplir un propósito. Su nombre es Carolina, y está próxima a convertirse en la Reina de los Hijos de la Noche. Su destino está unido al Hijo de la Noche Número Ciento Treinta y Cuatro, nombrado por ella: Brian, como una de sus reformas “extrañas” a los ojos de los Hijos de la Noche. Brian es su mentor, rol que le es encomendado por su padre, quien abusa de su astucia y poder para asegurarse de que su hijo se una en matrimonio a Carolina, en una escena emotiva él le confiesa: “…Los Hijos de la Noche puros, no elegimos a nuestras parejas, inconscientemente nuestro cuerpo, nuestro ser lo hace…” Ante tal confesión Carolina se muestra complacida, pues desde la primera escena se siente atraída hacia Brian, sin saber que tal atracción es un síntoma de su raza y de su conversión. Síntoma que es menor frente a las vicisitudes que tendrá que enfrentar durante un año, pese a la concupiscencia natural de cada uno de los elementos que la componen como Hija de la Noche, como no exponerse a alguna maldición proferida por otro mortal, no hacer juramentos accidentales que podrían terminar esclavizándola, controlar su lujuria las noches de luna llena, entre otros.

Los Hijos de la Noche enfrentan a los Dampfen: demonios consumidores de tristezas. Ellos son los que, en palabras de Brian, “se alimentan de los pensamientos, recuerdos, del dolor de alguien, y están condenados a vivir en el cementerio”. En la historia se establece un equilibrio, se reconoce la necesidad de la existencia de los Dampfen, pero se revela que éstos deben ser destruidos una vez que violan alguna de las dos reglas que deben respetar: no asesinar a ningún ser humano y no salir del cementerio. Éstos demonios a veces abusan de su poder y provocan suicidios y se aburren de la estadía en el cementerio y se mezclan en el mundo de los mortales. Es allí cuando entran en acción Los Hijos de la Noche.

Además de la estructura, definición y características de la compleja existencia de los llamados Hijos de la Noche, hay otro elemento que le da cierto toque enigmático a la obra, y es la herencia de Carolina. No sólo sus dones, sino su historia, la trama en la que estuvo envuelta su madre. Herencia histórica que la hace blanco de los Dampfen y la proyectan como la más especial de las criaturas del clan.

Aunque la historia se centra en Carolina y Brian, titilan en la trama personajes como Jess, la mejor amiga de Carolina. Aunque secundario, y aparentemente adorno en la narración, no debes descuidar su desempeño, pues al final de esta primera historia se sospecha que su humanidad será determinante en el desenlace de la próxima entrega.

Los Hijos de la Noche no son personajes no creíbles. A pesar del mundo en el que están inmersos, presentan una dualidad muy humana que los ata a nuestra realidad, ellos son un reflejo creativo y particular de la humanidad. Sujetos a pasiones, con interrogantes frente al aparente destino escrito, presos de sus deseos y a la vez comprometidos con un deber.

Es una historia que no debes dejar de leer, es el comienzo de una serie que seguro se incrustará en la historia del género fantástico hecho en Venezuela. 

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